domingo, 23 de marzo de 2014

Observar

Son muchas horas observándote. Muchos minutos acumulados en casi un año de vida juntas. Te he observado mientras duermes, mientras comes, mientras juegas... Mis ojos, siempre vigilantes, puestos en ti. Pero hoy he visto como me observabas tú a mí y me he parado a pensar en la reciprocidad de nuestros actos. En el efecto espejo. Te he metido con nosotros en la cama después de desayunar (un pequeño gran placer del fin de semana) y te has tumbado en mi almohada. Yo me he hecho la dormida y, entreabriendo mis ojos, te he visto mirarme, observarme, como tantas veces hago yo. Me has tratado de imitar, cerrando tus párpados pero no era dormir lo que querías. Querías mirarme y aprenderme. Y me has tocado la cara y el pelo (a medio camino entre la caricia y la bofetada, cosas del desarrollo psicomotriz) y he sentido que yo no soy la única que se queda mirando y que tú no eres la única que aprende.

3 comentarios:

Óscar Sejas dijo...

No sabes la alegría que da ver que vuelves a escribir algo por estos lares y más si es esto lo que dejas :-)

Increíbles todos estos sentimientos, me alegro mucho de que estés tan feliz y viviendo todas estas cosas.

Es muy emotiva la imagen de tu niña cerrando los ojos para imitarte jajaja. Si yo fuera tú se me caería la baba.

Un abrazo grande para las dos.


Luis Cano Ruiz dijo...

Cuidaos mucho.

Laura dijo...

Gracias, chicos. Siempre tan atentos, incluso cuando menos os atiendo yo a vosotros.

Un abrazo.