lunes, 23 de abril de 2012

Salvados por la Sexta

La tele es una mierda: ¿tópico o realidad? Esta mañana, en una consulta la recepcionista ha pasado por la sala de espera y ha preguntado a los pacientes si querían ver la tele, pues ésta se encontraba apagada en ese momento. Sí, no, da igual, división de opiniones. Si total, para lo que dan por la mañana, dice un señor. ¡Y por la tarde!, añade una señora. La recepcionista se va sonriendo y meneando la cabeza.

La tele es una mierda. Para mí no es un tópico, es una realidad. Y lo lamento porque no creo que cueste tanto hacer una buena programación. La televisión pública había empezado a aumentar su audiencia gracias, por un lado,  a una inyección económica importante para la producción de series y programas propios y, por otro, a la desaparición de la publicidad en todos sus canales. Hoy se encuentra en una situación complicada, con recortes que afectan a su plantilla, a su programación, a la producción de programas y, lo peor, con la intervención a saco del nuevo gobierno amenazando seriamente su imparcialidad.

La tele es una mierda, una basura, si no se quiere usar la palabrota pero hay programas en ella que a una le salvan de pensar en el suicidio tras una tarde febril en el sofá y están, básicamente, en la Sexta. Ya mencionamos La sexta columna en un post reciente, que nos gusta porque es ágil y va directo a la noticia. El Gran Wyoming es un líder espiritual para algunos de nosotros. Sigo el Intermedio desde sus inicios (y va en serio, no miento como los artistas que lo prometen cuando les entrevistan desde este espacio y luego no tienen ni idea del programa) y me sigue enganchando. Yo diría que, salvo ciertas secciones, es un programa redondo.  La hora de emisión, el tratamiento de la actualidad con humor del bueno, los presentadores y entrevistadores y, por supuesto, el Gran Wyoming. Un crack.

Y para salvación, la de Salvados. Los domingos a las 21.30, una cita ineludible con un periodismo que yo no sé si es bueno o no. Tampoco me interesa saberlo, lo que tengo claro es que Jordi Évole le hace al entrevistado esas preguntas que a mí se me pasan por la cabeza y, para ello, utiliza ese tono de voz, ese sarcasmo y ese encanto particular a la hora de dirigirse al entrevistado, sea del corte que sea que, desde luego, la mayoría de los periodistas no tiene. Nunca conocí a alguien que busque follón como él, de aquella callada manera que cantaba Milanés. Es respetuoso e irreverente a la vez, cortés y educado, pero atrevido. Y arriesga, arriesga mucho en sus exposiciones e interpelaciones. Eso posiblemente es lo que más gusta de él. La tranquilidad con la que se arriesga en cada pregunta (algunas veces, se arriesga a llevarse una hostia, diría yo).

Pues eso, que esto no pretende ser una crítica ni mucho menos, pero es que de los tópicos y de las consultas de los médicos, salen muchas cosas para escribir.

9 comentarios:

Mariah. N. dijo...

Comparto opinión, excepto Wyoming....no puedo con el. Tu sabes lo que es quedarte dormida en la siesta, y que tu madre mientras te ponga el salvame a todo volumen....se vaya con su grupo de andar, y que te despiertes a golpe de gritos??? que sufro del corazón x dios!!!

Laura dijo...

A Wyoming, o le quieres o le odias :)

Markos dijo...

Siguiendo el programa de anoche de Salvados:Amén. Dicho de otra manera, totalmente de acuerdo.

La tele ha perdido en calidad en los últimos tiempos. Que programas como Sálvame sean top ten de audiencia, lo dice todo.

La televisión publica había ganado en los últimos tiempos quitando anuncios, con la buena producción propia, buenos informativos,etc. Y eso se lo van a cargar de un plumazo.

Menos mal que quedan algunos buenos programas...

Tropiezos y trapecios dijo...

Wyoming es un crack, y el Intermedio es un programa muy bueno, le pese a quién le pese. A mi a veces me troncha en el sofá de la risa. Me alivia, por así decirlo, le da ese punto cómico a la actualidad sin dejarla de lado. Solo tengo una pega de Wyoming y no es de su programa: por favor, ¡que deje de cantar! xDD

En cuanto a Évole, qué decir, para mi es un grande y se ha ganado el cielo. Es un tipo, hay que dejarlo claro, con dos cojones bien puestos. No tiene reparos a la hora de preguntar y su sarcasmo me encanta, además siempre busca los dos puntos de vista para mostrar la realidad como es, no trata de imponer una única visión.

Seguramente se esté ganando muchos enemigos, pero creo que de amigos tampoco va mal.

Si no fuera por sus programas ni nos enteraríamos de los goles que nos están metiendo sin que nos demos ni cuenta... Es un formato novedoso de denuncia social y mí, me encanta.

Un abrazo.

Oski.

Luis Cano Ruiz dijo...

Jordi Évole no es el mejor periodista, y precisamente pregunta de una manera que pille al entrevistado en renuncio, y tenga que sudar para salir del paso. Siempre gana, porque siempre pregunta con sentido común (el menos común de los sentidos).

Por otra parte, otro programa que de vez en cuando disfruto son "Los Desayunos de TVE" con Ana Pastor. Esa mujer, para mi, vale muchísimo.

En cuanto a el intermedio, si os digo que yo sólo lo veía por Beatriz Montañez...

Roberto dijo...

si Laura, estoy de acuerdo contigo...en general es un horror, pero hay pequeños oasis donde se pueden tocar las estrellas...
me gusta mucho el programa en la 2 que hace Juan Carlos Ortega, y el de Jordi Évole también es un rayito de esperanza...

un beso

Vagamundo dijo...

No sé de qué me estás hablando.
Llevo 15 años sin tele en casa...
Sin arrepentimientos

Boris dijo...

A mi Jordi nunca me ha acabado de convencer, se le ve madera y coraje para enfrentarse a las entrevistas y reportajes pero le falla que a veces saca su lado humorístico y hace bromas o pretende frivolizar las cosas.

No se si recordaras la entrevista que hizo a Jose Maria Garcia pero este le dio un consejo y es precisamente ese, si quiere parecer un periodista serio cuando se hable de asuntos serios debe dejar las bromas a un lado. El día que haga eso para mi sera todo un referente, ahora lo veo según cuadre, de vez en cuando

Laura dijo...

Yo creo que lo que tú ves como un defecto, Boris, es lo que los que le admiramos vemos como virtud. Es más que humor, es sarcasmo y es, en mi opinión, muy necesario para darle a sus reportajes y entrevistas ese punto diferente que tienen.

Gracias a todos por los comments.